La Fábrica
¡Vengan todos! acérquense a apreciar nuestras novedosas formas, inspiradas en cosas, fabricadas en masa, especialmente para usted: noble caballero, ama de casa, joven rebelde, chica cosmopolita: ¡todos, todos son bienvenidos! a disfrutar de nuestra variada galería de imágenes, desde el ilustre sabio literato hasta el desparpajado vagabundo de la calle; Aquí estamos abiertos a escuchar sus necesidades y a hacerlas realidad, cada objeto, imagen, expresión, ha sido valorada y aceptada por todos en general; gustos universales, olores comunes, colores, imágenes cómicas y controversiales…
¡Todos, todos son bienvenidos! a escuchar, a degustar y a ver como el genial diseño popular, atrae los sentidos de todas las personas. Materiales como el plástico, el cartón, botellas de coca- cola, latas de sopa, entre otros, son las valiosas herramientas, que utilizamos para revelar, el maravilloso contenido de la estética urbana que llega a todos los hogares a través de nuestra provocativa sociedad de consumo.
No pase desapercibida la belleza de las cosas cotidianas que adornan sus alacenas, estanterías, aparadores y armarios, abra sus sentidos a este manojo de posibilidades expresivas que hablan de lo que usted desea escuchar. ¡Todos, todos son bienvenidos!
Inodoro ex_presión
Aquí estoy, plantado, al revés, en una exposición, con la firma de alguien importante que me ha hecho objeto de “arte” o mejor dicho “anti-arte”, mi presencia en este espacio es muy controversial, he sido el centro de duras criticas, escupidas efusivamente por tontos jueces del arte tradicional, se creen perfectos hablando de la belleza “eterrrna” de unas pinturas majaderas que en los museos son cuidadas mas que niños, merecen que les pongan un zapato en la cabeza. Pero, me siento bien, antes estaba en otro lugar recibiendo humildemente cosas asquerosas en mi interior, ahora, soy importante, ¡he triunfado!, aunque rodeado de miradas de estupor, rosadas mejillas sonrojadas, lenguas viperinas y expresiones de asco (¡no tienen olor!).
Tengo mi propio pensamiento, creo en el caos, me gustan los poemas obscenos recitados por inocentes niñitas, ver como llegan otros a verme y yo sonrío, irónico; cuando las inútiles criticas exclaman ¡Si!, desde el fondo de la sala yo respondo con vos chillona y firme: ¡NOOOO!. Nadie se atreve a tocarme.
Junto a mis compañeros de escena (fotomontajes con frases aisladas, palabras, pancartas, recitales espontáneos, absurdos y un ceremonial continuo de provocaciones) organizamos un movimiento rebelde que exigía: ¡libertad de expresión a los objetos! (gestualizamos, escandalizamos, provocamos…jejeje) y justamente, ¡libertad a nuestros locos creadores!, acción en sus vidas al reconocer cuan caóticos, negativos, inconformes y alborotadores somos. Así rompimos con hachas los muros mentales, la conciencia, la racionalidad, las fronteras entre arte y vida y la pretensión de una perfección absurda en medio de la violencia propia de las guerras que nos rodeaban.
¡Estoy bien¡ ya nadie puede sacarme de aquí, como diría un viejo amigo filosóficamente: «No quiero ni siquiera saber si antes de mí hubo otro inodoro.»
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