Soy

Mi foto
una tela reconstruyendose, en el vuelo, afanoso vuelo espiralado.

miércoles, 28 de julio de 2010

Eugenio Barba y su Elogio del incendio...


Y si acaso querian un poco de teatro y sus bocas recuerdan el sabor de una buena cerveza, que mas apropiado que vayan aqui: Elogio del Incendio y se saboreen disfutando de este discurso tan conmovedor, ardiente y plagado de imagenes teatrales, de sentidos teatrales y de acciones teatrales, tal como me gusta.
Que lo disfruten.

sábado, 24 de julio de 2010

la ronroneadora curiosidad de estas gatas....

Fragmento de una carta a Richard Sassoon

11 de diciembre de 1955








Lo que me preocupa, entre multitudes y multitudes de otras cuestiones que sería mejor tratar de alejar con helados de café y abundante sol, es la existencia en mí, ahora, de una gran pena con tantas facetas como el ojo de una mosca, y tengo que parir esta monstruosidad para recuperar la ligereza. De lo contrario pareceré un elefante danzarín...Me atormenta el problema de los demonios que tejen mis fibras con escarcha funeraria y estiércol humano, y carezco de la habilidad o la genialidad para escribir una gran carta al mundo acerca de eso. Cuando se hace de los cielos e infiernos propios unos cuantos montones de papel pulcramente mecanografiado, y los jefes de redacción son muy corteses y los rechazan, se tiene la inclinación, caprichosa, de identificarlos con los ministros de dios. Eso es fatal.
Quizá cuando descubrimos que lo queremos todo es porque estamos peligrosamente cerca del no querer nada. Hay dos polos opuestos del no querer nada. O se está tan pletórico y rico y se tienen tantos mundos interiores que no se necesita del mundo exterior para alegrarse, porque la alegría emana del meollo más íntimo del propio ser, o se está muerto y podrido por dentro y en el mundo no queda nada.
Ahora tengo la impresión de estar construyendo de noche, en silencio, en la oscuridad, un puente muy delicado y complejo, desde una tumba a otra mientras el gigante duerme. Ayúdame a construir este puente tan maravilloso.
Quiero vivir cada día como si fuese el único, como un collar de cuentas coloreadas, y no matar el presente cortándolo en crueles trocitos para que sirvan para algún desesperado borrador arquitectónico de un Taj Mahal del futuro.