Hombre, hombres cuadrados
de gran corazón se pierden en el miedo que les produce mi red.
Cazadores sin fronteras
lejanos, ausentes,
nadie incluso son.
Espejismos.
Reflejos de mi misma.
Siento deseo, anhelos
y también tengo una gran capacidad para el olvido.
INTERMITENDENCIAS
el poder de la palabra. Cada una de ellas postula el universo, lanzar palabras al aire, a la red, que peligroso, que necesario, buenos dias. Buenas noches. GRACIAS
viernes, 21 de diciembre de 2012
Liverdad
Soñare con salir a la calle y salir de mí.
liberar la vida pasada y arriesgarse a ser yo,
independiente, individual y única.
Soy una palabra que viaja a través de la poesía de vivir.
vivir asi: libre, liberada.
Vivir con el reloj de la naturaleza
En este mundo enorme
y pequeño también.
Un ser de luz. Las abuelitas
acompañan y guian mi camino.
Soy rosada y transparente.
liberar la vida pasada y arriesgarse a ser yo,
independiente, individual y única.
Soy una palabra que viaja a través de la poesía de vivir.
vivir asi: libre, liberada.
Vivir con el reloj de la naturaleza
En este mundo enorme
y pequeño también.
Un ser de luz. Las abuelitas
acompañan y guian mi camino.
Soy rosada y transparente.
martes, 7 de febrero de 2012
INVITADA PARA EL DIA DE HOY!
SONIA BERNARDINI
Nació en Madrid en 1967. Licenciada en Filología Inglesa por la Universidad Complutense de Madrid. Desde 1994 es profesora de literatura Anglonorteamericana en la Universidad Complutense y en la Universidad San Pablo CEU. Ha impartido conferencias y publicado diversos artículos sobre temas literarios, y en particular sobre aspectos relacionados con el quehacer literario de la mujer.
AHORA A LEER...
Nació en Madrid en 1967. Licenciada en Filología Inglesa por la Universidad Complutense de Madrid. Desde 1994 es profesora de literatura Anglonorteamericana en la Universidad Complutense y en la Universidad San Pablo CEU. Ha impartido conferencias y publicado diversos artículos sobre temas literarios, y en particular sobre aspectos relacionados con el quehacer literario de la mujer.
AHORA A LEER...
BOLSILLOS
(By Sonia Bernardini)
Soy una persona ordenada. Me gustan las batas con bolsillos por que en ellos puedes ir guardando los pedacitos de día-a-día que se van desperdigando por la casa. Teléfonos anotados, trozos de juguetes, una pieza de puzzle, medio lápiz, la tapa de un frasco, la mina de un boli. Todo, al bolsillo de la bata. Muy cómodo.
Quizás, un tanto descorazonador, también.
Lo extraño de ordenar es observar cómo todo se convierte en sus fragmentos.
Y lo difícil, mantener los fragmentos ordenados.
Mi madre, que sabía mucho de la existencia de fragmentos y la utilidad de los bolsillos, siempre me lo dijo. Y me educó para ser una persona ordenada. Esto, al escritorio, esto, al costurero, esto, le preguntaré a mi marido. Si el fragmento se fragmenta, a la basura. Si es inclasificable, al bolsillo de la bata, con la remota esperanza de disponer en algún momento de un momento para clasificarlo. Las mujeres siempre han sabido mucho de la vida y sus fragmentos, y el orden de las batas. Y enseñan a sus hijas a ser, fundamentalmente, bolsillos.
Un tanto descorazonador, quizás.
Lo extraño de vivir es observar cómo todo se convierte en su fragmento. Inclasificable. La esperanza en mi insistencia, el amor en mi memoria, los pensares en pesares, la pasión en sus retazos. Cómodo por que cabe en los bolsillos de la bata. Con la remota esperanza de poder algún día recrearlos. Y un tanto descorazonador, quizá.
Pero mi madre me enseñó a ser ordenada y así yo también recojo ordenadamente los fragmentos. Los juguetes al baúl. Sus pedazos, al bolsillo de la bata. Los papeles al archivo. Sus trocitos, al bolsillo de la bata. Las frases, al cuento. Las palabras, al bolsillo de la bata. El imperdible al costurero. Un recuerdo, el calor de su mano cuando paseamos por el hielo. Y una carga, el secreto que sólo aveces cuento. Al bolsillo de la bata. Con la remota esperanza de poder algún día clasificarlo.
Un tanto descorazonador, quizás.
Lo extraño de vivir es observar cómo yo me convierto en mi fragmento.
Lo difícil, mantener mis fragmentos ordenados.
Pero mi madre me educó bien, y aunque -descorazonador- soy una mujer fragmento, me gustan los cuentos con bolsillos porque en ellos puedo ir guardando los pedacitos de mí misma que se van desperdigando día a día. Muy ordenado. Me levanto, me acuesto, y entre tanto me voy fragmentando y guardo mis fragmentos en las frases de mis cuentos. El calor de su mano cuando paseamos por el hielo. El pesado secreto que casi nunca cuento. Una insistencia de esperanza. Los pesares de un pensar. Si la frase se palabra, a la basura. Si es inclasificable, al bolsillo de la bata. Con la esperanza de encontrar, en algún momento, algún momento para ordenarse.
Soy una mujer palabras.
Al final, de mi historia sólo quedaran sus cuentos. Al final, de mis cuentos solo quedarán sus frases. Y de mis frases, sus palabras, inclasificables en el bolsillo de mi bata.
Y si las palabras se fragmentan, a la basura.
Cómodo.
Un tanto descorazonador, también.
Soy una persona ordenada. Me gustan las batas con bolsillos por que en ellos puedes ir guardando los pedacitos de día-a-día que se van desperdigando por la casa. Teléfonos anotados, trozos de juguetes, una pieza de puzzle, medio lápiz, la tapa de un frasco, la mina de un boli. Todo, al bolsillo de la bata. Muy cómodo.
Quizás, un tanto descorazonador, también.
Lo extraño de ordenar es observar cómo todo se convierte en sus fragmentos.
Y lo difícil, mantener los fragmentos ordenados.
Mi madre, que sabía mucho de la existencia de fragmentos y la utilidad de los bolsillos, siempre me lo dijo. Y me educó para ser una persona ordenada. Esto, al escritorio, esto, al costurero, esto, le preguntaré a mi marido. Si el fragmento se fragmenta, a la basura. Si es inclasificable, al bolsillo de la bata, con la remota esperanza de disponer en algún momento de un momento para clasificarlo. Las mujeres siempre han sabido mucho de la vida y sus fragmentos, y el orden de las batas. Y enseñan a sus hijas a ser, fundamentalmente, bolsillos.
Un tanto descorazonador, quizás.
Lo extraño de vivir es observar cómo todo se convierte en su fragmento. Inclasificable. La esperanza en mi insistencia, el amor en mi memoria, los pensares en pesares, la pasión en sus retazos. Cómodo por que cabe en los bolsillos de la bata. Con la remota esperanza de poder algún día recrearlos. Y un tanto descorazonador, quizá.
Pero mi madre me enseñó a ser ordenada y así yo también recojo ordenadamente los fragmentos. Los juguetes al baúl. Sus pedazos, al bolsillo de la bata. Los papeles al archivo. Sus trocitos, al bolsillo de la bata. Las frases, al cuento. Las palabras, al bolsillo de la bata. El imperdible al costurero. Un recuerdo, el calor de su mano cuando paseamos por el hielo. Y una carga, el secreto que sólo aveces cuento. Al bolsillo de la bata. Con la remota esperanza de poder algún día clasificarlo.
Un tanto descorazonador, quizás.
Lo extraño de vivir es observar cómo yo me convierto en mi fragmento.
Lo difícil, mantener mis fragmentos ordenados.
Pero mi madre me educó bien, y aunque -descorazonador- soy una mujer fragmento, me gustan los cuentos con bolsillos porque en ellos puedo ir guardando los pedacitos de mí misma que se van desperdigando día a día. Muy ordenado. Me levanto, me acuesto, y entre tanto me voy fragmentando y guardo mis fragmentos en las frases de mis cuentos. El calor de su mano cuando paseamos por el hielo. El pesado secreto que casi nunca cuento. Una insistencia de esperanza. Los pesares de un pensar. Si la frase se palabra, a la basura. Si es inclasificable, al bolsillo de la bata. Con la esperanza de encontrar, en algún momento, algún momento para ordenarse.
Soy una mujer palabras.
Al final, de mi historia sólo quedaran sus cuentos. Al final, de mis cuentos solo quedarán sus frases. Y de mis frases, sus palabras, inclasificables en el bolsillo de mi bata.
Y si las palabras se fragmentan, a la basura.
Cómodo.
Un tanto descorazonador, también.
Bastaría
El universo me lanzó al abrazo de un hombre acogedor
y no bastó la magia
Ni la coincidencia
Tampoco la reverberante
generosidad del paisaje
Ni el calor abrazador
de un desierto
Ni el agua purificadora
de la mar
Ni los rayos sutiles de una
luna roja creciente
No bastaron la generosidad
de nuestros corazones
Ni siquiera los portales
corpóreos traspasados
Ni la sinceridad de todas
las palabras y significados
No bastaron los caminos
No bastaron los amigos
No bastaron los fluidos
Ni la necesidad
No bastó el amor entero
de una hembra antojada
No basto la osadía de
permitirle viajar hasta su historia
No bastó perderse y encontrarse
en la oscuridad del bosque
No bastó el instinto
guiado por fluorescencias nocturnas.
Para poblar su corazón
pues era enorme
Para poblar sus días
pues eran demasiados
Para poblar sus ansias
pues tenían nombre.
Sus pasos y sus besos
habitados y ajenos
Sus sentimientos
Sus confusiones
Sus deseos
Su infinita inspiración
tan fieles a sus amores
Que no bastó la simple presencia
sutil y sincera.
¿Por qué entonces llega con el
viento aventurero
esta hondonada de recuerdos
que me pierden y me encuentran
Ligera
Curiosa
Apasionada
Valerosa
Convencida?
GITANILLOS DE MI CORAZÓN
Gitanillos de mi corazón,
Caminantes persistentes
Merodeadores,
Presencias que titilan en el tiempo
Especialistas del olvido.
Caminantes persistentes
Merodeadores,
Presencias que titilan en el tiempo
Especialistas del olvido.
Gitanillos de mi corazón
A donde con paso presuroso dirigir vuestros talentos
Vuestra música primordial
Vuestra corporalidad y danza.
Gitanillos apesadumbrados de amores o plenos
Gitanillos cantores del camino
Juglares de las plazas públicas
Bufones de mercados y palacios
Payasos del pueblo
Poetas declamantes de verdades mentirosas
Gitanillos de mi corazón
¿A donde dirigís vuestros rumbos?
¿Por qué no poder acompañaros?
A donde con paso presuroso dirigir vuestros talentos
Vuestra música primordial
Vuestra corporalidad y danza.
Gitanillos apesadumbrados de amores o plenos
Gitanillos cantores del camino
Juglares de las plazas públicas
Bufones de mercados y palacios
Payasos del pueblo
Poetas declamantes de verdades mentirosas
Gitanillos de mi corazón
¿A donde dirigís vuestros rumbos?
¿Por qué no poder acompañaros?
martes, 29 de noviembre de 2011
Los viajes de la naturaleza tímida, ensimismada y desprevenida...
Madurez inevitable. Tomar las riendas del destino. Ensillar primero el caballo y dotar de realidades el porvenir, unir esfuerzos propios, con la consciencia de amistades que no habian sido tan sinceras, que resultaban también ser humanos, adornados de metáforas puestas por el afecto. Y cuando el rumbo de la vida abre caminos, y cuando el peso de las decisiones concluye destinos; despojados de mascaras, despejados horizontes; las escencias de los seres siguen siendo transparentes y enmarcan realidad. De esas que te hacen fuerte. Y al fin solo, sola, construir los sueños, pavimentar los caminos, las trochas para montarse en la vida a hacer algo, a ser feliz. Agradecidos ojos. Al fin la verdad es mas bonita aunque duela; al fin el destino es una verdad para aquella, aquel que le busca incesante.
martes, 3 de mayo de 2011
De adioses y recuerdos...
En el paraje maritimo de esta ensoñacion
los dias pasan transparentes,
el amor transpasa mi piel
y la hace viva,
pareciera que el dinero
huye de mis palmas,
y mis dedos tejen ilusiones,
porvenires mas justos.
En esta lucha de femina guerrera,
donde mis pasos son hondas huellas
y las decisiones perfectas emociones...
Pais de bonitos corazones,
Pais de costa calurosa bienvenida,
coloridas visiones
dobles, trueques,
bichos merodeadores,
hambre al por mayor.
Camino en el mundo,
camino.
Supero barreras.
Me supero a mi misma.
los dias pasan transparentes,
el amor transpasa mi piel
y la hace viva,
pareciera que el dinero
huye de mis palmas,
y mis dedos tejen ilusiones,
porvenires mas justos.
En esta lucha de femina guerrera,
donde mis pasos son hondas huellas
y las decisiones perfectas emociones...
Pais de bonitos corazones,
Pais de costa calurosa bienvenida,
coloridas visiones
dobles, trueques,
bichos merodeadores,
hambre al por mayor.
Camino en el mundo,
camino.
Supero barreras.
Me supero a mi misma.
jueves, 9 de diciembre de 2010
Frecuento las noches naturales
Los sentidos se esfuerzan
en explorar
los pasos primordiales.
La emoción
ataca de improvisto
con la idea que se asemeja
al desconcierto
frecuento las noches
naturales
entre el bosque protector
la arenilla
ríos algo sucios, pero que
guardan el misterio
azulino, fantasioso de los
insectos mas puros
personajes que habitaron mis
vidas pasadas
encuentros entre el apacible
tormento
del cambio.
Sigo moviendo mi espíritu
El sigue buscando la disciplina
de vivir feliz
¿Que precisas sensaciones
que instantes recreados
que pasiones descomunales
que energías afianzadas
casas construidas en el
amanecer del ingenio
ideas que recurren
y discurren en todos
los lados?
Y del futuro venturoso
del trabajo sencillo y sincero
de la pasión por la vida
de la utilidad del tiempo invertido
y de ti, y de mi, y de aquellos
amantes, todos tan sinceros,
tan hombres...
¿Que será?
en explorar
los pasos primordiales.
La emoción
ataca de improvisto
con la idea que se asemeja
al desconcierto
frecuento las noches
naturales
entre el bosque protector
la arenilla
ríos algo sucios, pero que
guardan el misterio
azulino, fantasioso de los
insectos mas puros
personajes que habitaron mis
vidas pasadas
encuentros entre el apacible
tormento
del cambio.
Sigo moviendo mi espíritu
El sigue buscando la disciplina
de vivir feliz
¿Que precisas sensaciones
que instantes recreados
que pasiones descomunales
que energías afianzadas
casas construidas en el
amanecer del ingenio
ideas que recurren
y discurren en todos
los lados?
Y del futuro venturoso
del trabajo sencillo y sincero
de la pasión por la vida
de la utilidad del tiempo invertido
y de ti, y de mi, y de aquellos
amantes, todos tan sinceros,
tan hombres...
¿Que será?
El sonido de las hojas al caer a través de la ventana como la luz amanecida de invierno...
Que estallido fuerte, de signos
y precisas convicciones
Tornando mañanas
en desapegos
Disfraces de sábanas
en trajes de reyes
El bosque, la luna al atardecer
mas suerte bifurcándose
en el devenir
voces ancestrales
que vinieron de visita
muertos que cantan en su día
Mientras busco la palabra
que sorprenderá este verso;
palabra precisa
sin destino
o desatino...
y precisas convicciones
Tornando mañanas
en desapegos
Disfraces de sábanas
en trajes de reyes
El bosque, la luna al atardecer
mas suerte bifurcándose
en el devenir
voces ancestrales
que vinieron de visita
muertos que cantan en su día
Mientras busco la palabra
que sorprenderá este verso;
palabra precisa
sin destino
o desatino...
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